"Lo que ha hecho es demasiado grande, no sé si es un humano": el emotivo mensaje del hijo de Daniel Pintado
Desde Cuenca, la familia del campeón olímpico vivió con mucha intensidad esta nueva hazaña que le dio a Ecuador una medalla de plata en los Juegos Olímpicos París 2024.
La familia del marchista cuencano celebra la medalla de plata conseguida en la prueba de relevos mixtos por Daniel Pintado y Glenda Morejón, el 7 de agosto de 2024.
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Cobijados con una gran bandera tricolor, los familiares de Daniel Pintado siguieron la gran carrera que Daniel Pintado y Glenda Morejón hicieron en los Juegos Olímpicos París 2024, en la que Ecuador sumó su séptima medalla olímpica en la prueba de relevos mixta.
El mayor fan que tiene Pintado es, sin duda, su hijo Nicolás. Cada carrera la vive con mucha tensión y no para de alentarlo.
Esta vez, volvió a expresar todo el orgullo que siente por su padre: "Es algo demasiado grande para mí, si antes era una leyenda, ahora pasa a ser una historia".
“Es mi mega ídolo. Estoy súper orgulloso de él. Lo que ha hecho es demasiado grande, extraordinario, no sé si es un humano y ahora es historia para el país”
Nicolás, hijo de Daniel Pintado
Pese a la distancia, el hijo de Daniel Pintado tiene una conexión muy fuerte con su padre. "Me sentía ahí, quería darle un abrazo fuerte y decirle que confíe en todo su entrenamiento", contó Nicolás a los medios que acudieron a mirar el partido con la familia del marchista.
Así vivió la carrera la familia de Daniel Pintado
En la pequeña sala de la casa de la familia del campeón olímpico, en Cuenca, hubo espacio para todos: su orgullosa madre Eulalia, sus hermanos, sus hijos Nicolás y Monserrath, primos, amigos, que se acomodaron en los sofás y colchones que tenían a mano.
Al frente, una pantalla grande para ver la competencia y un letrero luminoso con el nombre del marchista cuencano.
Fueron más de dos horas de emociones a flote, de aplausos, de gritos de ¡Vamooos, Dani! y ¡Vamos, Glenda, vamos!
También hubo momentos de tensión y susto por las dos amonestaciones que recibió la dupla ecuatoriana, pero la fe era más fuerte.
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En los últimos minutos de la carrera, cuando Glenda Morejón se acercaba a la meta, la familia se puso de pie y sus ojos no se despegaban de la televisión. La madre de Daniel apretaba sus manos con nervisosismo, mientras otros se cubrían el rostro.
La tensión terminó con un grito de alegría y aplausos cuando Morejón cruzó la meta y fue recibida con un abrazo por la española María Pérez y por su compañero Daniel.
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