El break dance: un viaje de expresión y resiliencia urbana
El breaking, una danza que fusiona creatividad y técnica, se ha convertido en un símbolo de expresión cultural en Quito, donde sus practicantes luchan por reconocimiento y recursos. Esta danza se volvió popular tras convertirse en deporte olímpico en los Juegos de París 2024.
Fredy García y Oliver Sánchez, practicando break dance.
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Patricia Inca
Autor:
Redacción Primicias
Actualizada:
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“El breaking va más allá de solo girar”, eso cree Oliver Sánchez, un bailarín machaleño quien lleva 15 años practicando este estilo de danza.
En Ecuador, el break dance ha crecido considerablemente, particularmente en Quito. Aunque con escasas escuelas donde los jóvenes pueden aprender y poner en práctica su talento en el break, existe una fuerte comunidad que forma parte de este estilo de baile urbano.
En la capital del país, el break dance ha ganado reconocimiento como una disciplina con potencial olímpico pero, a pesar de los esfuerzos de los atletas como Isis Granda, los obstáculos siguen siendo muchos.
Granda, quien comenzó su carrera en el ballet desde los cinco años, antes de adentrarse en el mundo del breaking a sus 18, señala que, aunque se han logrado avances, la falta de apoyo sigue siendo una barrera importante para el desarrollo del deporte.
“Nunca recibimos pagos a pesar de haber llegado a los preolímpicos (...) Persisten problemas debido a la falta de un presidente en la Federación de Baile Deportivo, lo que impide el acceso a los fondos necesarios para que los deportistas viajen. Sin un líder no se pueden gestionar los recursos”.
Desafíos y reconocimientos
Aunque el breaking ha alcanzado un nivel de reconocimiento en Ecuador, especialmente tras su inclusión en los Juegos Olímpicos, Oliver señala que “no hay mucha difusión” sobre el tema.
A pesar de que hay una “opinión positiva” sobre el breaking, la realidad es que los recursos son limitados. “Hubo cierto apoyo, pero se han reducido los presupuestos. Es difícil mantener la escena”, añade Oliver, quien ha competido en eventos internacionales y ha representado a Ecuador con orgullo.
Fredy García, conocido como 'Fredyfresh', peruano de 40 años, quien visitó Ecuador en octubre por unas competencias, refuerza la importancia del break dance como una herramienta social: “Es una ayuda que necesitan las nuevas generaciones, un cambio positivo en sus vidas”.
Según él, la percepción del breaking ha cambiado, y ahora es más accesible para los jóvenes. “Entrar al mundo del breaking es mucho más fácil que antes; ya no somos vistos como pandilleros”.
La comunidad y el futuro del breaking
La comunidad del breaking en Quito, aunque unida por la pasión, enfrenta el reto de organizarse y obtener el apoyo necesario para crecer. “Si fuéramos más unidos, podríamos exigir más”, reflexiona Isis Granda, la principal exponente de este deporte en el país.
La falta de liderazgo dentro de las organizaciones que regulan el breaking ha llevado a una sensación de soledad entre muchos bailarines. “Mi camino fue muy solitario, por eso siempre velé por mí”, menciona Isis.
Sin embargo, con el paso del tiempo, ella logró más apoyo en su equipo 'The Last Freestylers'. “Luego encontré mi 'crew' y de a poco hemos ido apoyándonos los unos con los otros”.
Oliver destaca que los jóvenes “son el futuro del breaking” en Ecuador. En un pequeño coliseo cerca del Mercado Mayorista, al sur de Quito, no más de cinco niños de entre siete y nueve años entrenan, simbolizando la esperanza y continuidad de esta danza. “El breaking significa la creatividad”, concluye Oliver, invitando a las nuevas generaciones a unirse a esta rica tradición.
El break dance no solo es un estilo de danza, es una comunidad vibrante que enfrenta desafíos, pero que también celebra la resiliencia y la pasión de sus miembros. El futuro del breaking en Quito y en Ecuador parece prometedor, siempre y cuando se sigan buscando oportunidades de crecimiento y apoyo.
La historia y el significado del breaking
El break dance, también conocido como breaking o b-boying, se originó en las comunidades afroamericanas y latinas de Nueva York como un medio de expresión artística.
El DJ Kool Herc es considerado el precursor de este estilo de baile, al notar que la gente se movía con energía durante los "breaks", las secciones instrumentales de las canciones.
Para extender estos momentos de baile, Kool Herc comenzó a usar dos copias del mismo disco en dos tocadiscos, creando una experiencia más prolongada para los bailarines.
Con el paso del tiempo, en la década de 1990, el break dance se popularizó a través de competiciones internacionales y películas icónicas como Flashdance (1983) y Beat Street (1984).
Los deportistas dedicados al breaking son comúnmente conocidos como 'B-Boys', 'B-Girls' o 'breakers'. Esta denominación proviene de la letra "b", que se asocia con la palabra 'break', que hace referencia a los momentos de pausa o 'breaks' instrumentales en una canción, durante los cuales estos artistas realizan sus movimientos de baile.
Ellos enfrentan retos significativos, buscando consolidar su arte y ofrecer a las nuevas generaciones un espacio para desarrollarse.
*Escrito por Patricia Inca, estudiante de la Universidad San Francisco de Quito.
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