En El Juncal se forman 23 boxeadores en una casa que no tiene baño ni luz
El expugilista Manuel Delgado vive en su casa con 23 niños y jóvenes que intentan cumplir el sueño de convertirse en boxeadores profesionales y representar al país.
Grupo de niños y jóvenes que entrenan boxeo junto con el profesor Manuel Delgado posan en los exteriores de la casa en donde viven en El Juncal, en diciembre de 2024.
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Israel Mora / PRIMICIAS
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Manuel Delgado le ha dedicado prácticamente su vida entera al boxeo. Fue campeón nacional, representó a las provincias de Imbabura y Pichincha, pero una lesión en su columna lo dejó fuera de los cuadriláteros.
Se retiró. Y aunque parecía que su historia en el deporte de contacto terminaría, no fue así. Su entrenador, Segundo Chango, lo motivó para que se convierta en instructor de boxeo.
Al inicio, a la 'sombra', como es conocido también Manuel Delgado, eso no le interesaba. "Pero recuerdo que él (Segundo Chango) tuvo que viajar a Puerto Rico y me dejó a cargo del grupo de boxeadores. Yo no sabía nada y me dijo "haz lo que te parezca. No hay nadie que se quede en el gimnasio". Y me quedé.
Manuel Delgado estuvo a cargo de 15 deportistas y al regreso de Segundo Chango hubo 32. En ese momento se dio cuenta de que podía hacerlo. Luego de eso, el oriundo de El Juncal, límite entre las provincias de Imbabura y Carchi, trabajó en la Concentración Deportiva de Pichincha y después en la Federación Deportiva del Carchi.
Pero, de vuelta en El Juncal, pensó en dar un salto. Por eso, desde hace 12 años empezó a reclutar a niños y jóvenes de escasos recursos y de distintas comunidades del Valle del Chota, con perfiles para ser boxeadores.
"El fin de entrenar con el grupo es salvar a esta juventud".
Manuel Delgado, exboxeador ecuatoriano.
Y es así como Fernando Gudiño fue el primero en la lista. El deportista nacido en la localidad de Guallupe, vía a San Lorenzo, le cuenta a PRIMICIAS que no entrenaba porque "todo el mundo decía que era un deporte peligroso. Pero él (Manuel Delgado) apareció por la calle y me dijo "¿quieres entrenar boxeo?" Yo por curioso dije que sí".
Fue algo sorpresivo para quien entonces tenía tan solo 12 años. Fue su primer alumno. Tuvo que dejar a su familia para irse a vivir a la casa de Manuel Delgado y tras 12 años practicando el deporte, ya es boxeador profesional, tiene un récord invicto de 6-0, estudió una tecnología para ser entrenador y sueña con un título mundial en la categoría superligero (135 libras).
El hogar de Manuel Delgado fue teniendo remodelaciones con el pasar de los años. Se adquirieron nuevos colchones, aumentaron las literas, vinieron más personas a vivir con él y el espacio se quedó corto.
Actualmente, 23 niños y jóvenes entre los ocho y 25 años entrenan con la 'sombra' en El Juncal. "No todos son de la misma comunidad, inclusive tenemos chicos que son de Esmeraldas".
Lo que cuenta el 'profe' es que su meta es "salvar a esta juventud. Hay chicos que podrán lograrlo y llegar a Juegos Olímpicos, chicos que no. Pero digo, con salvar una vida ganamos un montón".
Y aunque no lo ve, ya salvó unas cuantas vidas. Las direccionó al mundo del deporte. Manuel Delgado es el entrenador de Gerlon Congo y María José Palacios, dos boxeadores que gracias a su apoyo llegaron a Juegos Olímpicos y muchos niños ahora quieren lograr lo mismo.
A pesar de su buen corazón, de llevarlos a vivir a su casa y de entrenarlos para que tengan un futuro en el deporte, las condiciones de vida para esos niños y jóvenes no son las adecuadas. Al contrario, son deplorables.
Las promesas del deporte ecuatoriano viven en dos habitaciones. Una para los varones y otra para las mujeres, que se dividen en 14 y seis camas, respectivamente.
Uno de los cuartos ni siquiera está pintado o enlucido. Los bloques de cemento son sus paredes. Unas láminas de zinc se levantan, otras cuelgan en el techo. Es más, no toda la casa tiene puertas. Solo se ven los marcos y cualquiera puede pasar sin previo aviso.
No tienen baño, su cocina está en medio del pasillo que divide el patio trasero de la casa y los cuartos; que aunque tienen focos, no cuentan con luz. Solo una habitación adicional, en donde hay dos camas, un escritorio y wifi, tiene energía eléctrica. Y es ahí en donde todos hacen tareas.
A un lado y casi como una casa adosada, Manuel Delgado tiene su espacio propio para vivir. A sus 47 años, tiene la responsabilidad de mantener a esas 23 personas. Ya no le alcanza; pues sus ingresos como entrenador y el dinero que le da la agricultura ya no le sirven para llegar a fin de mes.
La 'sombra' cuenta que tiene una finca con yuca, fréjol, verde y hasta camote. Las ventas le ayudan para sustentar a la "gran familia" que ha formado. Pero todo es gasto.
Por ejemplo, para entrenar, los chicos deben trasladarse hasta el Centro de Alto Rendimiento, en Carpuela. Cuando hay dinero, la 'sombra' paga una camioneta que los lleve y los traiga. Cuando no, caminan 3,2 kilómetros en alrededor de 44 minutos, que les sirve como calentamiento. De regreso, hacen la misma rutina, cuando está cayendo el sol.
En otras ocasiones, Manuel Delgado abre la puerta de su casa en la madrugada y lleva a las promesas del boxeo a la histórica cancha debajo del puente de El Juncal. Ahí sacan los guantes y simulan como si fuera un cuadrilátero.
Y cuando la cancha está ocupada y no hay plata, el entrenador lleva a sus pupilos 'campo adentro', donde solo hay sembríos. Ahí los chicos improvisan, golpean árboles y sueñan con, algún día, pelear por un campeonato mundial.
'Construyendo campeones'
'Construyendo campeones' es un proyecto impulsado por el marchista David Hurtado y Priscila Vilaña, quien fue administradora de la Federación del Carchi y que conocieron la historia de Manuel Delgado.
Las ideas se convirtieron en un proyecto: reconstruir la casa. Y para lograrlo, se debe cumplir con una serie de fases. La primera consiste en una planificación estratégica, que incluye un levantamiento topográfico, el diseño arquitectónico de la casa y los estudios de suelo.
Luego se llevará a cabo la construcción, dividida en dos partes: el área para los niños y jóvenes boxeadores y el área exclusiva para el entrenador. "Nosotros, por cuestiones de presupuesto, vamos a comenzar con la de los chicos en demolición", cuenta David Hurtado durante una de sus visitas a la casa.
Pero no será algo sencillo. El marchista confiesa que los estudios de suelo comprobaron que "los cimientos no están aptos para la construcción de esta casa. Entonces, la idea es poder darle estabilidad a la casa del profesor para que puedan tener una vivienda bien hecha".
Por el momento, 'construyendo campeones' está en la Fase 1. Se tiene que demoler lo poco que está construido y los niños y jóvenes deben trasladarse a un lugar provisional. David Hurtado explica que han hablado con el Ministerio del Deporte para que puedan ocupar las instalaciones de Carpuela para que duerman ahí.
Pero también buscan alianzas con empresas privadas para agilizar el proyecto. La idea es que los deportistas "no puedan alterar mucho su preparación, sus estudios y obviamente el lugar donde ellos residen".
El proyecto está valorado en USD 120.000 y, por el momento, el financiamiento llega a través de donaciones económicas y de materiales de construcción, enseres, alimentos, ropa, agua, artículos de higiene y útiles escolares por parte de empresas y personas naturales.
Otra de las ideas de 'construyendo campeones' es que, mediante un aporte económico de USD 3 mensuales, cada interesado ayude a estas promesas del boxeo y los lleve a tener un mejor estilo de vida a largo plazo.
Incluso, los eventos deportivos como la cartelera del Quorum Fight Night IX y la carrera Tenorio Run 10K apoyan esta iniciativa. El evento boxístico recolectó donaciones. Mientras que la tercera edición de la competencia atlética fue benéfica.
El objetivo es alcanzar a recaudar los fondos necesarios para construir la casa de dos plantas hasta el mes de agosto de 2025. Los niños y jóvenes tienen la esperanza de vivir en un lugar mejor y de que sus sueños en el boxeo se cumplan más temprano que tarde.
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