¿Qué pasa cuándo escaneo el iris, a dónde va la información y otras dudas sobre el polémico Worldcoin?
Más de 55.390 ecuatorianos han escaneado su iris a cambio de criptomonedas, a través del sistema de Worldcoin, una empresa que cambió de nombre en un intento de despejar las dudas y riesgos de una polémica tecnología.
De izquierda a derecha, los responsables y cofundadores de Worldcoin, empresa presente en Ecuador: Alex Blania y Sam Altman, San Francisco, 17 de octubre de 2024.
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Cuenta X de World
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En el universo casi distópico de Worldcoin, aquella empresa que en Ecuador ofrece criptomonedas a cambio del escaneo del iris, los seres humanos necesitarán probar que son realmente ‘humanos’ o auténticos en unos tres o cinco años.
Esta es la predicción de Adrian Ludwig, un exingeniero de Google y hoy jefe de ciberseguridad de ‘Tools for Humanity’, la startup detrás del controvertido proyecto de Worldcoin y que tiene entre sus cofundadores al genio de la inteligencia artificial, Sam Altman.
Hace poco, la empresa cambió de nombre y ahora se llama World a secas. Botó la palabra ‘coin’ o moneda, en un intento por alejarse de la mala fama de las criptos, acechadas por los escándalos de bancarrota y estafas.
Aunque para el CEO de World, Alex Blania, regalar criptos por el escaneo de iris, como ocurrió en Ecuador y en otros países de la región, no es del todo una mala idea.
En Quito y Guayaquil, cuando la empresa desplegó operaciones, se armaron filas enormes de personas deseosas de conseguir sus ‘coins’, sin pensar que estaban entregando el dato biométrico más valioso del ser humano: el iris.
A la salida, vendían las criptos por menos de USD 30. Consultado por PRIMICIAS sobre este ‘trading’ o intercambio, Blania opina lo siguiente: “No creo que esto sea un problema, Worldcoin puede significar diferentes cosas para la gente, y si eso ha pasado en Ecuador, pienso honestamente que no es malo. No haremos nada al respecto”.
¿Qué quiere exactamente hacer World?
La empresa, según Blania y el jefe de ciberseguridad Ludwig, sostiene que los sistemas avanzados de inteligencia artificial (IA) harán imposible, en un futuro no muy lejano, que los usuarios identifiquen quién es un ser humano ‘real’ o un robot.
“La velocidad de los cambios tecnológicos nos afectará seguramente a todos, en unos tres a cinco años. Ya es desafiante navegar online y no saber si los usuarios que interactuamos son bots o humanos”, asegura Ludwing a PRIMICIAS.
Es decir, World se proyecta como una ‘salvación’ para los humanos en contra de los sistemas de IA que el propio Altman estaría creando con su empresa OpenAI.
La startup también promete que la IA será asequible para la mayoría de los usuarios, porque crearán lo que sus fundadores llaman “servicios financieros” con autenticación.
Si todo le suena muy sospechoso, no es el único. Gobiernos alrededor del mundo, en Kenya y otros en Europa, han suspendido las operaciones de World, por dudas sobre la privacidad y seguridad de los datos de los usuarios.
Además de criptos, el proyecto ha sido acusado de regalar iPods a personas en Indonesia o Sudán, cuando recién empezó a ‘reclutar’ usuarios, según afirmó un artículo del MIT Review.
Pese a que la empresa ahora tiene un ejército de ejecutivos tecnológicos, de marketing y relaciones públicas tratando de desmentir rumores y críticas, las preocupaciones y dudas persisten.
PRIMICIAS despeja algunas de las preocupaciones sobre la seguridad de este controvertido proyecto:
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¿Qué pasa cuando escaneo mi iris?
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Físicamente, el proceso toma de 10 a 20 segundos, y el usuario no siente nada. Solo se detiene frente al orb, es decir, la esfera plateada que realiza el proceso, y no debe pestañear para que la máquina haga las capturas o fotos necesarias de la pupila del ojo.
Con el nuevo orb, presentado en San Francisco (Estados Unidos), el proceso debería ser cinco veces más rápido.
Luego de esto, el usuario deberá tener la app de World descargada en el celular, para que el orb se conecte y cree el World ID.
Esta identificación única contiene los datos biométricos del usuario, tomados del iris. Técnicamente, son un conjunto de imágenes, que luego son analizadas y procesadas por el orb. Una vez procesadas, la máquina crea un código de computadora y se almacena en una base de datos.
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¿Dónde está la información almacenada?
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Esta es la pregunta más importante y complicada de responder, y sobre la que el propio World tiene contradicciones.
La versión oficial de la empresa es que “no recolecta información del usuario”, y que en sus servidores no están estos códigos o patrones que arroja el World ID.
También se ha indicado que el orb borra la data una vez que escanea el iris. Hasta inicios de año, la data se dividía en varias piezas, como los pedazos de un pastel, y cada parte de la información iba a una entidad en particular.
Entre estas entidades estaba Tools For Humanity, la empresa con membrete de fundación que opera detrás de World.Pero desde noviembre, según explica el jefe de seguridad, Adrian Ludwig, habrá sólo cuatro organizaciones donde se almacenará la data de los usuarios. Entre estas entidades está la Universidad de Berkeley.
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¿Qué pasa si alguien vulnera los servidores?
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Ludwig afirma que es casi imposible que ciberdelincuentes accedan a la infraestructura que almacena la data de los usuarios, pero agrega que si esto llegara a pasar, la información se encuentra encriptada a través de un complejo proceso.
Se trata de la criptografía cuántica, un método de encriptación de datos que recurre a la física, y no solo a la matemática, para blindar y transmitir la información.
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¿Para qué sirve World ID?
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En el mundo de IA, hay sistemas de videos tan potentes que son capaces de recrear voces y rostros humanos a la perfección, incapaces de ser detectados.
También están los deepfakes o videos falsos, que han ido más allá de suplantar caras de un personaje conocido o un famoso, y que son usados, a veces, por hackers para robar datos personales o dinero.
Ahora los deepfakes se pueden colar en conferencias virtuales o videollamadas, sin que el interlocutor note alguna diferencia.
Con el World ID de Altman, los usuarios, las empresas, negocios y otras organizaciones presuntamente podrían validar que son ‘humanos auténticos’ y comprobar también quién es un robot o no.
En otras palabras, si Altman crea el problema con ChatGPT, su otra startup lo resuelve.
Según los responsables de World, si los humanos en línea tienen una herramienta única para probar que son ellos, los hackeos, estafas y otros tipos de robos digitales disminuirán.
Ludwig indica que probar si es un deepfake es solo una de las aplicaciones del Word ID. Para este ingeniero, esta identificación podría usarse en la banca, y en portales donde por lo general se requiere escribir un nombre de usuario y contraseña.
Seguro y se preguntará, por qué sería necesario un World ID, si ya existe la identificación facial en los portales bancarios y hay hasta el Face ID de Apple.
De acuerdo con Ludwig, estas aplicaciones solo prueban que la persona que previamente se dio de alta en estos servicios tiene el mismo rostro de quien trata de ingresar.
Es decir, cualquier persona con características faciales similares o incluso un sistema de IA podría vulnerar estos sistemas.
Mientras que el World ID funciona con otro intrincado protocolo llamado ZKP o Zero Knowledge Proof. Bajo este método, cuando un servicio quiere probar que el usuario es un ser humano, pide una declaración de prueba de identidad al sistema.
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¿Qué gana Altman y World con el proyecto?
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Tools for Humanity, la empresa detrás de World, asegura que no almacena la información de los usuarios, porque a diferencia de otras tecnológicas como Meta o Google, no la necesitan.
Afirman que no venden la data, ni crean publicidad dirigida para los usuarios, como otros competidores.
Entonces, ¿cómo hacen dinero? Para empezar, World sigue siendo una startup y en 2023 levantó capital por más de USD 115 millones.
Pero, otro de los ejecutivos Damien Kieran, reconoce a PRIMICIAS que una de las líneas del negocio es fabricar y vender los orbs, las esferas para escanear el iris.
De allí que la meta sea llegar a los siete millones de humanos ‘verificados’ en el sistema, y en Ecuador, la empresa afirma que ya tiene más de 55.300 usuarios que escanearon su iris en los ocho orbs presentes en el país.Para poblar el mundo de orbs la empresa tiene varias tácticas: ponerlos en cafeterías, tiendas locales, y hasta se aliaron con Rappi en Latinoamérica para que la gente ordene su orb como si fuera una pizza.
La agresiva promoción de World está en marcha, y solo el tiempo dirá si los usuarios quieren confiar su iris a Altman, un joven genio de la IA, pero que ha sido acusado de mentir sobre sus reales intenciones con el ChatGPT.
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