Los fantásticos hallazgos que revelan los genes del oso andino de Ecuador
Por años, se creía que los osos andinos o de anteojos tienen una diversidad genética limitada, pero un nuevo estudio, hecho por investigadores ecuatorianos, revela otras pistas de su ADN.
Un ejemplar de oso andino en la cima de un tronco, captado en el callejón interandino, julio de 2024.
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Lento, pero preciso, los osos andinos se abren paso entre los intrincados corredores montañosos de Ecuador, desde Carchi hasta Loja. En su caminar van dejando semillas, cumpliendo un rol fundamental para la conservación de los ecosistemas y los cultivos, un valor que pocos conocen o aprecian.
Estos enormes osos, porque algunos pueden medir hasta dos metros de alto, están en peligro, como ocurre con otras especies endémicas de Ecuador. Están ubicados en la categoría de peligro de extinción por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), y el 69% de ellos habita fuera de áreas protegidas en los andes ecuatorianos.
¿Por qué peligran? La expansión agrícola, es decir, de cultivos para llevar alimentos a las mesas de los humanos, ha fragmentado su hábitat. Y como algunos ejemplares de osos viven tan cerca de cultivos y tierra de ganado, son cazados por los hacendados de forma violenta y brutal.
Además de la fragmentación de su hábitat, los osos tienen otra amenaza: por años se ha indicado que poseen una diversidad genética limitada o baja. Una limitada variabilidad genética hace que la especie sea más vulnerable a amenazas ambientales, enfermedades y eventualmente desaparezca.
Aunque estas hipótesis están a punto de cambiar, puesto que un nuevo estudio, hecho por investigadores ecuatorianos, halló tres poblaciones de osos andinos cuyos ejemplares tendrían una diversidad genética superior a la que previamente se pensó.
Un estudio pionero
El nuevo artículo se titula "Evidencia de estructura genética poblacional en osos andinos ecuatorianos", liderado por la Universidad San Francisco de Quito y publicado en febrero de 2024 en la revista Scientific Reports de Nature.
Se trata de un estudio que explora la variación genética de los osos andinos en Ecuador, que abarca el análisis de 74 muestras de la especie, 36 son de osos del distrito metropolitano de Quito, y los restantes de poblaciones del sur de Ecuador, como Loja y Zamora Chinchipe.
“Esta investigación aporta datos clave sobre la conectividad entre poblaciones y ofrece orientaciones valiosas para dirigir los esfuerzos de conservación hacia los grupos más amenazados”, señala la Universidad Técnica Particular de Loja, que participó del estudio a través del investigador Rodrigo Cisneros.
En total, siete investigadores ecuatorianos fueron parte de este estudio pionero: María de Lourdes Torres, Darío Cueva, Rebeca Zug, María José Pozo, Santiago Molina, Martín Bustamante y Cisneros.
¿Qué analizó el estudio? Básicamente, el reporte estudió las secuencias de ADN mitocondrial y marcadores de microsatélites específicos de la especie Tremarctos ornatus, que es el nombre científico de los osos andinos.
Con estos análisis, los investigadores demostraron que los osos andinos de Ecuador presentan una estructura poblacional definida.
“Además, encontramos, a través del estudio de tres poblaciones ecuatorianas, que la especie podría tener una diversidad genética mayor de lo que se pensaba anteriormente”, señalan los investigadores ecuatorianos en su publicación.
¿Por qué son importantes los resultados del estudio?
Básicamente, señalan los expertos ecuatorianos, los resultados del nuevo estudio podrían permitir la revisión de las prioridades de investigación y las estrategias de conservación de la especie.
Es decir, si es posible conocer dónde están estos osos andinos con una mayor diversidad genética, se puede mejorar la conectividad de esta especie con otros osos ubicados en puntos críticos de biodiversidad.
Un segundo hallazgo del reporte de igual importancia fue que los investigadores encontraron “evidencias de que las poblaciones de osos de diferentes áreas geográficas en Ecuador son genéticamente distintas”.
En otras palabras, los osos andinos del distrito metropolitano de Quito poseen características genéticas diferentes a sus ‘hermanos’ de Loja y Zamora.
En estudios previos, se había argumentado que los osos andinos de Ecuador no tenían una estructura genética espacial, y que la población de la especie debería ser estudiada como una ‘unidad única’ para fines de conservación.
Pero, los seis investigadores demuestran que sí existiría una estructura distinta entre las poblaciones del norte y del sur.
¿Cómo se realizó el reporte?
Para lograr analizar a los ejemplares, los investigadores diseñaron y validaron 10 marcadores microsatélites específicos, que estudiaron las muestras no invasivas de los osos.
Esto a su vez prueba a otros interesados en los osos que es posible usar una “herramienta económica y fácil para estudiar la diversidad genética, la estructura y la conectividad de esta especie emblemática” de Ecuador.
Principales amenazas de los osos andinos
Pese a su importancia, los osos andinos son una de las especies de mamíferos menos estudiadas, quizás porque es difícil hallarlos.
Son endémicos de los Andes tropicales, y viven en estrechos corredores montañosos, donde la topografía difícil y los asentamientos humanos amenazan su existencia.
Son los carnívoros más grandes de los Andes, y cumplen un papel ecológico poderoso, porque son dispersores de semillas.
Pero no solo eso: suelen habitar en elevaciones superiores a los 1.000 metros en una variedad de ecosistemas, protegiendo bosques y páramos.
Su estado de conservación global es vulnerable, con poblaciones en declive en los cinco países andinos donde habitan, debido a tres principales causas: la pérdida de su hábitat por la deforestación y la extensión de sembríos agrícolas, y por la caza prohibida de la especie.
De allí la importancia de este reciente estudio, alertan los investigadores: “Comprender la variación genética del oso andino en Ecuador proporcionará información importante sobre la conectividad y puede dirigir los esfuerzos de conservación hacia las poblaciones más vulnerables”.
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