Extraordinario descubrimiento: ecuatorianos describen un nuevo género de ranas en Carchi
Tras una expedición en Carchi y seis años de trabajo, investigadores ecuatorianos describieron un nuevo género de ranas, el primero del país en más de 140 años.
Vista laterla de la rania Urkyphryne Merino, perteneciente al nuevo género de ranas descrito en el Cerro Las Golondrinas, en Carchi, 25 de enero de 2025.
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Cortesía PUCE
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La biodiversidad de Ecuador, especialmente en anfibios, no deja de asombrar al mundo. Cinco investigadores ecuatorianos describieron un nuevo género de ranas, un hallazgo que podría parecer 'común' para un país con una gran variedad de ranas de cristal, pero este descubrimiento tiene varios elementos extraordinarios.
Uno de estos es que el nuevo género de ranas descrito, bautizado como Urkuphryne y que en quechua signfica 'rana de las montañas', es el primero que hace el país en 140 años de historia de conservación y Biología.
Además, el hallazgo ayuda a comprender cómo han evolucionado estos pequeños anfibios de colores y con características tan diversas y hermosas.
PRIMICIAS conversó con dos de los biólogos a cargo del descubrimiento, que fue publicado en la revista científica Zoological Journal of the Linnean Society de Inglaterra.
El profesor de la Pontificia Universidad Católica de Quito (PUCE), Santiago Ron, y la bióloga ecuatoriana, Jahel Ortega, explican tres claves para entender por qué el descubrimiento del nuevo género, Urkuphryne, es único e histórico para Ecuador.
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Es un nuevo género y no solo una especie más
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El biólogo y curador del zoológico de la PUCE, Santiago Ron, explica que es poco frecuente descubrir ranas tan antiguas y muchos más un género completo de anfibios, como el recién descrito Urkuphryne.
"Es la primera vez para el país que se descubre en una expedición de campo un nuevo género junto a su especie", dice Ron.
La nueva especie se denominó científicamente como Urkuphryne merinoi. Mientras que su nombre común es rana hojarasca de Merino, y fue hallada en el cerro Las Golondrinas de la parroquia Goaltal, en Carchi."Cuando se la avistó por primera vez a la ranita, la vimos rara y extraña. Nos pusimos a secuenciar su ADN (material genético) y nos dimos cuenta que no solo era nueva especie, sino un nuevo género", recuerda Ron, quien al momento se desempeña como investigador asociado en el Museo Internacional de Berlín.
Ron enfatiza que en la clasificación de los organismos de la Tierra existe un sistema jerárquico, donde en el nivel más alto están los géneros, y luego las especies.
Por ello, el descubrimiento de un nuevo género en Biología constituye un recordatorio de cuánto queda por explorar sobre los ecosistemas en Ecuador y en el mundo.
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Un linaje muy antiguo en el árbol de la vida
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Los análisis hechos a la especie encontrada en Carchi indican que el género Urkuphryne se separó de sus parientes más cercanos hace más de 20 millones de años, coincidiendo con eventos tectónicos que formaron los Andes.
"Cuando exploramos la biodiversidad nos encontramos con linajes muy antiguos en el árbol de la vida. Son grupos de animales que no se conocían previamente y con una trayectoria evolutiva interesante", dice el profesor Ron.Los hallazgos indican también que las ranas de este nuevo género tienen un origen en el Chocó andino de Ecuador. Sorprendentemente, colonizaron la Amazonía cruzando los Andes repetidamente, pero nunca en la dirección opuesta.
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Investigación valiosa
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Seguro y pensará que en Ecuador, tan vasto en biodiversidad, es común describir especies de anfibios en los Andes o en la Amazonía.
"Siempre descubren ranas", dice la ciudadanía, pero lo cierto es que estas especies descritas forman parte de la riqueza no explorada en el país.
Ron señala que Ecuador, Colombia, Perú y otras naciones de América Latina están retrasadas con siglos de investigación con respecto a países del primer mundo.
En naciones de Europa, las expediciones científicas de campo y de laboratorio se han hecho desde hace mucho tiempo, y eso ha permitido descubrir especies y géneros en el Viejo Continente, pero en América ocurre lo contrario.
El estudio para describir la nueva especie y determinar que era un nuevo género fue un trabajo muy laborioso y tomó alrededor de ocho años, comenta Jhael Ortega, que en aquel entonces era estudiante de la carrera de Biología de la PUCE.
Ortega, hoy cursando una maestría en Toronto, detalla que la recolección de la especie en el Cerro Las Golondrinas ocurrió en 2016 fue casi por accidente y una feliz coincidencia.
Recuerda que en ese momento el equipo intentaba resolver un análisis taxonómico de las ranas de hojarasca, puesto que se habían hallado otras especies, cuando se dieron cuenta de que la ranita frente a sus ojos era de un género totalmente distinto.
Además del género Urkuphryne, la investigadora ecuatoriana señala que describieron seis nuevas especies de ranas de hojarasca, pertenecientes al género Phyllonastes.
Precisamente, la ranita Urkuphryne merinoi tiene una apariencia similar a sus 'primas hermanas' del género Phyllonastes, pero hoy, gracias a los análisis hechos por los investigadores ecuatorianos, se conoce que son especies separadas hace 40 millones de años.
El equipo completo que descubrió el nuevo género lo integran el profesor de la PUCE, Andrés Romero, el estudiante Leonardo Negrete, el docente investigador de la Universidad San Francisco de Quito, Diego Cisneros, y del estadounidense Jeffrey Camper.
¿Cómo es la nueva ranita del género Urkuphryne?
La investigadora Ortega describe otros aspectos únicos de la ranita encontrada en Carchi: su cráneo es diferente a otras especies, es una rana más grande y la dieta que consume es inusual.
Al igual que sus primas hermanas del género Phyllonastes, se observa la pérdida de dientes, y por ello, se piensa que estos pequeños animalitos se "adaptaron para alimentarse de presas bien pequeñas como hormigas".
Y, ¿cuál es su categoría de amenaza? "No lo sabemos aún, porque todo lo que está alrededor del Cerro Las Golondrinas se encuentra completamente destrozado por ganadería", contesta el profesor Ron de la PUCE.
Concretamente, la nueva especie vive en un cerro que funciona como reserva privada, un hábitat privilegiado, pero similar a una pequeña isla en medio de la deforestación del bosque.
Dicha reserva está a cargo de la fundación Ecominga, que ha solicitado información a los investigadores para elevar la categoría de protección del cerro.
Otra amenaza latente de la ranita y de toda su 'familia' del género Urkuphryne es la minería, porque hay concesiones mineras muy cerca al lugar donde encontrada.
"Hay mucha preocupación porque siempre hay impacto con la minería, y hay riesgos de que se encuentren yacimientos dentro del cerro y este podría desaparecer".
Jhael Ortega, investigadora ecuatoriana
De momento, la ranita Urkuphryne merinoi es endémica de Ecuador, porque solo se ha encontrado en esta zona de Carchi, y esto la hace aún más única y digna de conservar.
"Descubrir nuevas especies y géneros siempre será importante, porque sino les ponemos nombres, será imposibles estudiarlas y protegerlas", recuerda el profesor Ron.
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