¿Por qué el mundo necesita más niñas científicas y 'no más Matildas'? Dos ecuatorianas lo explican
En el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, dos investigadoras ecuatorianas exponen cómo las niñas aún no tienen acceso a los libros necesarios para superar los estereotipos y convertirse en científicas.
Dos niñas mirando a través de un microscopio en un laboratorio en casa, 10 de febrero de 2025.
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Autor:
Karla Pesantes
Actualizada:
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Cada 11 de febrero es una fecha para reflexionar por qué en el mundo solo una de cada tres investigadoras es mujer. Sí, este martes, se recuerda el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, instaurado desde 2015 por las Naciones Unidas.
Se trata también de un momento para hacer una pausa y explicar por qué el mundo debe seguir insistiendo en una necesidad: más niñas científicas y 'no más Matildas'.
"Si Einstein hubiese nacido mujer, su apellido apenas nos sonara hoy. Y es que los méritos de sus descubrimientos se los habría llevado algún compañero de investigación o incluso su marido", dijo en 2021 la presidenta de AMIT, Carmen Fenoll, cuando le preguntaron sobre la campaña 'No más Matildas'.
En efecto, la Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas (AMIT) promueve este slogan para impulsar que más niñas tengas acceso a libros de ciencia, y que las mujeres científicas que ya existen sean visibles para ellas.
La campaña 'No Más Matildas' hace honor a Matilda Joslyn Gage, una activista de los derechos de las mujeres, quien fue la primera en denunciar cómo brillantes científicas eran ninguneadas y sus logros, silenciados.
Solo el año pasado, un informe de la Organización de Estados Iberoamericanos reveló que, aunque el 58% de los graduados universitarios de la región son mujeres, un 44% continúa en la investigación científica. ¿Por qué? En el camino, las mujeres son sistemáticamente excluidas de los puestos académicos superiores y de liderazgo.
Es cuestión de referentes
La AMIT y las Naciones Unidas han concluido que sin referentes científicos femeninos, las niñas simplemente no se animan a seguir carreras tecnológicas y de las ciencias 'duras' como Matemática o Física.
Por fortuna en Ecuador sí hay referentes. En los últimos cinco años, las mujeres científicas en el país han experimentado un aumento en su participación y reconocimiento.
En 2017, la red Ecuatoriana de Mujeres Científicas (REMCI) contaba con solo 10 investigadoras, y en la actualidad, este número se han incrementado a 450, provenientes de 20 universidades del país.
Según la docente coordinadora de la Universidad Internacional de Ecuador (UIDE), Soraya Ruiz, el Día Internacional de la Niña y la Ciencia es una "oportunidad para reconocer la participación de mujeres con un perfil de liderazgo en la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas que han dedicado su tiempo y conocimientos para compartir sus investigaciones".
"A lo largo de la historia muchas han contribuido en el campo, sin embargo, no han sido reconocidas de forma oficial", dice Ruiz.
En el mundo, apenas 19 mujeres han conseguido premios Nobel relacionado con diciplinas científicas, y al momento, solo un 29,3% de los integrantes de un equipo investigador es mujer, según la Unesco.
Para aumentar esta participación de las mujeres en las carreras científicas, Ruiz propone que se empiece desde la infancia, y en las escuelas.
Algunas propuestas son implementar conversatorios y foros abiertos con científicas para que más niñas tengan acceso a sus historias y se sientan inspiradas por ellas.
También es pertinente abrazar los libros que cuentan aquellas historias de niñas que se convirtieron en científicas y cambiaron el mundo con sus inventos, como Hedy Lamar, la creador de las bases de la tecnología WiFi.
Sin científicas, el mundo pierde
De acuerdo con Verónica Miranda, catedrática de Ciencias Técnicas de la UIDE, tras la celebración se esconde una cruda realidad: las barreras sistémicas, la discriminación de género y los estereotipos profundamente arraigados siguen limitando la participación de las mujeres en la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas.
Algunos de estos esterotipos son que 'las mujeres solo sirven para labores delicadas' o que 'las niñas no son buenas para los números'.
A pesar de los esfuerzos por promover la igualdad, los avances siguen siendo lentos, y las disparidades de género en estos campos siguen siendo alarmantemente altas.
Según la Unesco, sólo uno de cada tres investigadores en el mundo es mujer.
Miranda menciona que esta disparidad de género se extiende al mercado laboral. "Aunque se ha producido un aumento lento y constante de la representación femenina, al ritmo actual no se espera alcanzar la plena paridad de género hasta 2070", dice la catedrática.
Esto significa que durante casi cinco décadas más, las mujeres seguirán estando infrarrepresentadas en las carreras científicas y tecnológicas mejor pagadas y más influyentes.
Mientras tanto, los campos peor pagados, como la sanidad y la educación, siguen estando dominados por las mujeres, "lo que refuerza la desigualdad económica" del planeta entero, señala la profesora Miranda de la UIDE.
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