Las claves de los acuerdos 'no vinculantes' logrados en la cumbre climática COP29 de Bakú
La COP29 adoptó varios acuerdos, y uno que destaca es la obligación de los países ricos de financiar con USD 300.000 millones hasta 2035 la transición energética a las naciones más pobres.
Activistas sostienen carteles que dicen 'Paguen' en las reuniones previas de la COP29, donde se acordó un fondo para la crisis climática, Bakú, 16 de noviembre de 2024.
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AFP
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Agencias /redacción Primicias
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La conferencia sobre el cambio climático de las Naciones Unidas, también llamada COP 29, dejó al menos cinco conclusiones, y una de las que más destaca es la obligación de los países más ricos de financiar a los pobres en la lucha contra la crisis del clima.
Este acuerdo, que no es vinculante u obligatorio de las grandes naciones, incluye financiar con USD 300.000 al año hasta 2035 a los más pobres, en proyectos de transición energética y adaptación al cambio climático.
Pero este acuerdo, que debería ser motivo de celebración, no ha sido recibido con total agrado, puesto que países como India lo consideran 'utópico', y el gobierno de Bolivia, dice que es insuficiente.
Las posturas de los países firmantes en el siguiente video:
Por otra parte, a continuación los principales puntos de lo logrado en la COP29:
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¿Cuánto dinero se liberará para los más pobres?
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Era el punto más esperado de la cumbre: ¿cuánto dinero deberán aportar el grupo de 23 países desarrollados y la Unión Europea, señalados en 1992 como responsables históricos del cambio climático, a las naciones en desarrollo?".
"Al menos USD 300.000 millones anuales de ahora a 2035", responde el acuerdo de Bakú, que establece este "nuevo objetivo cuantificado colectivo" como reemplazo del compromiso anterior de USD 100.000 millones anuales.
Queda lejos de las cantidades solicitadas por los países en desarrollo, que se movían entre USD 500.000 millones y un billón de dólares, y las organizaciones lo consideran un esfuerzo muy pequeño teniendo en cuenta la inflación.
"Los países desarrollados muestran la vía" para lograr ese monto, dice el texto, lo que significa que otros pueden participar.
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¿En qué consiste el acuerdo?
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El acuerdo prevé que la contribución de países ricos provenga de sus fondos púbicos, completados con inversiones privadas que movilizan o garantizan, o de "fuentes alternativas", es decir, eventuales tasas mundiales que todavía se están estudiando (a las grandes fortunas, aviación, transporte marítimo...)
Supuestamente, ese dinero debería ser una palanca para obtener un total de USD 1,3 billones para 2035, según el acuerdo.
Esa cifra, destinada a los países en desarrollo, concuerda con la financiación exterior que necesitan, según una estimación de los expertos comisionados por la ONU, Amar Bhattacharya, Vera Songwe y Nicholas Stern. - 3
China sale sin obligaciones
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Los países occidentales reclamaban aumentar la lista de Estados que deben contribuir a las finanzas climáticas, considerando que China, Singapur o países del Golfo se habían enriquecido en las últimas décadas.
Pero China impuso una línea roja: ni hablar de tocar esa lista.
El acuerdo de Bakú "invita" a los países no desarrollados a aportar contribuciones financieras, pero estas serán "voluntarias", estipula el texto.
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Ayuda para los más pobres
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Los 45 países menos avanzados y el grupo de pequeños Estados insulares, unos 40, al final no bloquearon el acuerdo.
Querían que parte de la ayuda financiera les fuera expresamente reservada, en contra de la opinión de países sudamericanos y africanos, los más afectados por fenómenos extremos como la sequía.
Al final, el acuerdo anticipa a 2030 el objetivo de triplicar la financiación, esencialmente pública, que pasa por fondos multilaterales, donde esas naciones son prioritarias. - 5
Sin mención sobre cómo dejar los combustibles fósiles
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El llamado a la "transición" hacia una salida de las energías fósiles, el gran hito de la COP28 de Dubái, no figura explícitamente en los principales textos finales.
Solo aparece implícitamente cuando se recuerda la existencia del acuerdo adoptado el pasado año.
Peor el texto, que supuestamente debería reforzar su puesta en marcha, no fue adoptado al cierre de la COP29, tras una larga batalla que lo había vaciado parcialmente de contenido.
Una de las prioridades de la Unión Europea era obtener un seguimiento anual de los esfuerzos para abandonar el petróleo, el gas y el carbón. Arabia Saudita estaba en contra, y al final se salió con la suya.
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