Alucina, la película ecuatoriana que explora el trauma desde lo fantástico
La producción ecuatoriana Alucina llega a los cines este 1 de mayo con una historia tan íntima como enigmática, envuelta en realismo mágico y poesía visual.

Frame de la nueva película ecuatoriana Alucina.
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Cortesía
Autor:
Redacción Comercial
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El próximo 1 de mayo, las salas de cine de todo el país estrenarán Alucina, un drama fantástico dirigido por Javier Cutrona y protagonizado por Jessica Barahona y Pablo Aguirre Andrade. La cinta, que tuvo su estreno internacional en el Tallinn Black Nights Film Festival, en Estonia, fue filmada en locaciones de Quito y Mompiche.
Esta producción ecuatoriana ofrece una experiencia cinematográfica única que combina lo real con lo imaginario y lleva al espectador a una reflexión profunda, tanto emocional como sensorial.

¿De qué trata Alucina?
- Camila, quien padece amnesia, se ve atrapada en un vacío reemplazado por un mundo fantástico, donde un pez gigante se convierte en su guardián. Cuando el chico que ama desaparece, inicia una búsqueda para encontrarlo, enfrentándose a un pasado difuso que esconde lo extraordinario.
Foto: Tomada de @alucina_pelicula en Instagram
Infancia, memoria y familia: el tejido emocional de la película
Durante el preestreno, realizado el 22 de abril en Quito, el director Javier Cutrona describió Alucina como una obra que trasciende la superficie: “Explora lo que le ocurre a las personas, no solo en el exterior, sino también en su interior”. En este sentido, el filme emplea el realismo mágico y la fantasía para abordar temas profundos como el dolor, el trauma, la infancia y vínculos familiares.
“Lo que nos sucede como seres humanos está ligado a nuestras vivencias, a lo que hemos experimentado siendo niños, nuestra relación con los padres y lo que vivieron nuestros abuelos. Todo esto forma parte de una herencia energética que influye en quiénes somos y en nuestra forma de ser”.

Locura, vínculo madre-hija y la participación de la audiencia: claves para entender la historia
La estructura de Alucina invita al público a ser parte activa de la historia, mediante una narrativa que se despliega como un rompecabezas: “La película está construida como un enigma, donde el espectador es quien lo resuelve”, comenta Cutrona.
Desde su perspectiva, el director cuestiona conceptos como la locura y propone una reflexión más profunda: "Decir que alguien es ‘loco’ es solo una etiqueta. Detrás de esa idea hay nociones mucho más complejas, como la realidad única de cada persona".
El filme también destaca un vínculo esencial: el lazo entre madre e hija. “Este es un relato de amor que, pese al paso del tiempo, la vida y la muerte, permanece inquebrantable entre ambas”, expresa Cutrona.
Alucina ofrece una reflexión profunda sobre la identidad, la memoria y los lazos familiares, todo envuelto en una narrativa que desafía las convenciones del cine tradicional. Con una propuesta visualmente atractiva y emocionalmente compleja, la película se consolida como una de las apuestas más prometedoras del panorama cinematográfico ecuatoriano contemporáneo.
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