Jueves, 27 de junio de 2024

El presidente Daniel Noboa resbala en su intento de 'vender' su imagen en The New Yorker

Autor:

Redacción Primicias

Actualizada:

18 Jun 2024 - 18:50

La estrategia comunicacional del Gobierno, de utilizar a la afamada revista The New Yorker como megáfono del mensaje oficial, fracasó. La respuesta subsiguiente de Carondelet solo causó más revuelo.

El presidente Daniel Noboa en un evento en Madrid, el 14 de junio de 2024.

Autor: Redacción Primicias

Actualizada:

18 Jun 2024 - 18:50

El presidente Daniel Noboa en un evento en Madrid, el 14 de junio de 2024. - Foto: Presidencia

La estrategia comunicacional del Gobierno, de utilizar a la afamada revista The New Yorker como megáfono del mensaje oficial, fracasó. La respuesta subsiguiente de Carondelet solo causó más revuelo.

No es una novedad que el gobierno del presidente Daniel Noboa tiene un problema de vocerías. Pero esta vez lo ratificó el mismo Mandatario, con el polémico reportaje que le hizo el reconocido periodista Jon Lee Anderson, para la casi centenaria revista The New Yorker.

Además, tampoco sorprende que el presidente Noboa haya hecho comentarios que puedan resultar comprometedores o controversiales y que incluso pongan en suspenso las relaciones diplomáticas de Ecuador. Pasó con el episodio de la chatarra rusa o cuando invitó al presidente mexicano a comer un ceviche tras el polémico asalto a la embajada mexicana.

Sin embargo, las opiniones que Noboa confesó a Anderson sobre los presidentes de Colombia, Chile y El Salvador tienen en vilo a una parte de la opinión pública, que espera conocer si habrá una respuesta por parte de esos gobiernos.

Esto, para la experta en comunicación Caroline Ávila, refleja la poca experiencia política y diplomática que tiene el Primer Mandatario. Y por ello, señala, "quedó expuesto frente al periodista norteamericano". Al conocer sus debilidades y habilidades, su equipo debía protegerlo, dice.

Mientras que el analista Pedro Donoso señala que el Gobierno no tuvo la capacidad para entender cómo funciona el periodismo. Agrega que no importa si es on the record o es off the record, las autoridades siempre son voceros, mientras les dura el cargo.

No puede decir: "aunque soy el Presidente de la República, no soy vocero ahora porque es domingo", zanja Donoso.

El objetivo era otro

Caroline Ávila explica que al ser un reportaje de varios días, donde el periodista acompañaba al Mandatario dentro y fuera de sus actividades públicas, el Gobierno tenía un objetivo: quería generar un impacto nacional e internacional.

No hay otro argumento para que Carondelet haya aceptado permitir el ingreso a una revista especializada en temas políticos y reconocida internacionalmente, así como a un periodista de la trayectoria de Anderson.

A menos que quien planteó o aprobó la idea no haya indagado esos aspectos.

Y eso lo confirmó Irene Vélez, secretaria de Comunicación, a diario El Universo, al decir que The New Yorker "fue invitado meses atrás por parte del Gobierno nacional para demostrar cómo se estaba cumpliendo con todos los derechos humanos en pleno estado de excepción".

Entonces, Pedro Donoso considera que el Gobierno quería responder así a Human Rights Watch y a los medios internacionales que han denunciado violaciones de derechos humanos durante el conflicto interno armado.

Pero el analista recalca que, aunque los gobiernos quieren posicionar un tema, son incapaces de entender que las vocerías deben ser disciplinadas y tener una metodología: "para que un titular (noticioso) no se coma a otro".

Por ejemplo, al ser cuestionado por Anderson sobre las condiciones inhumanas dentro de la cárcel La Roca, en Guayaquil, el presidente Noboa se limita a responder: "las condiciones podrían ser mucho peores". Esto aunque se trataba del tema de interés del Ejecutivo.

Por eso, Ávila agrega que esas estrategias tienen sus riesgos políticos. Si el periodista está armando un producto profundo, de varios días, con ese nivel de licencias y acceso, "es muy difícil que no pase lo que les pasó".

La respuesta del Gobierno

Caroline Ávila recuerda que la estrategia de dar noticias a medios internacionales ya ha sido utilizada por Noboa en Europa, porque "a nivel nacional poco o nada comunica el Presidente".

Y sostiene que la respuesta inicial desde Carondelet pudo haber sido mejor. La Secretaria de Comunicación dijo que las conversaciones con el periodista fueron en un tono "absolutamente coloquial y privado" y que los comentarios sobre los otros mandatarios están "descontextualizados".

"Esa justificación tampoco ayuda", explica Ávila. El giro en la narrativa oficial debía ser otro e intentar rescatar las cosas positivas que dijo Daniel Noboa o, incluso dice la experta, admitir que dijo lo que muchas personas piensan y "al menos, sacarle rédito electoral".

Ya que ese habría sido otro de los objetivos gubernamentales. La experta señala la intención del Presidente de ubicarse más hacia la izquierda, después de sus decisiones en materia económica y de seguridad. Por lo tanto, decir que admira a Lula "no es una mala idea".

"Tampoco es bueno decir que el periodista publicó información que no es pública, porque al final del día siguen siendo los pensamientos del Presidente."

Caroline Ávila, experta en comunicación estratégica

Para Pedro Donoso, esto refleja que el Gobierno tampoco tiene una metodología para "arreglar lo que dañó su vocero". Decir que fue una conversación coloquial, no tiene nada que ver y "argumentar que fue sacado de contexto... explícame cómo se sacó de contexto".

Sin embargo, al final, ambos analistas coinciden en que el impacto político dentro del país a estos eventos es bajo, ya que se limita a un sector específico de la opinión pública. Porque lo que le preocupa a la ciudadanía ahora son los apagones y las carreteras.