El míster Félix Sánchez Bas está tomando extrañas decisiones con la muy promocionada "mejor generación de jugadores de Ecuador de todos los tiempos".
Ecuador comenzó la Copa América 2024 con una vergonzosa presentación. La derrota 2-1 con Venezuela es una consecuencia de las extrañas, exóticas e inexplicables decisiones del míster Félix Sánchez Bas en la Tricolor.
De entrada, el arquero. Hernán Galíndez fue la figura del equipo en el amistoso ante Argentina. Pero la figura ante el campeón del mundo no es titular ante Venezuela. Cómo se explica eso. Alexander Domínguez no es, actualmente, mejor que Galíndez.
Luego está la constante tendencia a improvisar. Algunos judadores son enviados a puestos que no son suyos. Hincapié debe ser central, pero el míster lo coloca de lateral, por ejemplo.
Improvisar es válido en una emergencia en el partido, cuando existe una expulsión que obliga a decidir sobre la marcha, por ejemplo. O cuando se presenta una lesión, y ya no hay cambios. Pero forzar las cosas en lugar de acudir a los especialistas siempre será un error, una terquedad.
Sigamos. Tampoco se entiende por qué marginó a delanteros que están en forma y llamó a los que peor la están pasando. Uno puede tener su corazoncito con un jugador, claro que sí. Bien lo sabe el volante Alan Franco. Pero, ¿tres? En la nómina debía estar Leonardo Campana, por ejemplo.
Es más increíble que Ecuador termine agotadísimo. Si la Tricolor siempre fue temida por su potencia, su estado físico, su capacidad de correr. Incluso con expulsiones, la historia dice que Ecuador corrió y aguantó. Con Venezuela, a los jugadores tricolores daban ganas de darles Pedialyte. Algo pasó ahí.
Lo cierto es que el míster Félix Sánchez Bas está tomando extrañas decisiones con la muy promocionada "mejor generación de jugadores de Ecuador de todos los tiempos". No está logrando que realmente este grupo parezca una generación dorada. Es, cuando mucho, un equipo normalito, promedio, ni fu ni fa. No flipa, para que entendáis.
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