Apuestas deportivas: la ludopatía crece y afecta especialmente a menores de edad

El auge de las casas de apuestas deportivas ha causado que la ludopatía (adicción a los juegos de azar), se incremente considerablemente a nivel mundial y afecte, especialmente, a menores de edad.

La adicción a las apuestas y los juegos de azar, definida como ludopatía, es un problema que ha crecido a la par de este negocio.

"La ludopatía es una adicción comportamental, es decir, que no está sujeta a sustancias. Es una conducta problemática, que comienza como algo normal, pero que luego se escapa del control de la persona", define el psicólogo argentino Diego Tzoymaher, en una entrevista con PRIMICIAS.

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Este comportamiento es peligroso, ya que perjudica al afectado en todos los ámbitos de su vida: personal, social, económico, académico y laboral. Además, lo aísla de su familia y amigos.

"También es una fuente de otros problemas psicológicos, como la ansiedad, la depresión y hasta conductas suicidas. Incluso, puede ser la puerta de ingreso a otros tipos de adicciones o sustancias adictivas".

Tzoymaher y su grupo de trabajo tratan a pacientes de toda Latinoamérica. El psicólogo afirma que, durante estos últimos años, ha habido un importante crecimiento de casos de ludopatía en la región, relacionado con el auge de las apuestas deportivas.

"Es cada vez más común porque la forma de apostar ya no implica necesariamente, como era antes, el dirigirse a un lugar, como a un casino o un hipódromo. Hoy las apuestas se realizan desde el celular o el computador, de manera privada y automática".

Existe una facilidad para apostar nunca antes vista. Las aplicaciones están disponibles en todas las ubicaciones, las 24 horas del día, y se puede apostar en deportes y eventos de todo el mundo.

Y cada vez son más las opciones por las cuales se puede apostar. Al comienzo solo se pronosticaba el resultado del partido, pero ahora también se lo puede hacer por tiros de esquina, tarjetas amarillas, faltas, saques laterales y una infinidad de acciones durante los partidos.

Para Tzoymaher, hay dos razones principales por las que las apuestas deportivas han penetrado en nuestra sociedad. La primera, por la inundación de publicidad de estas marcas, especialmente en competiciones, transmisiones y equipos de fútbol. "Los ídolos deportivos también promocionan este tipo de conductas".

Y la segunda, porque hay "un atractivo extra de que no es solo azar, sino que empieza a involucrar una cierta noción de conocimiento de deporte y de estadísticas".

Independiente del Valle y la LigaPro tienen patrocinio con la casa de apuestas Ecuabet. API

Menores de edad, los más afectados

En 2019, la Organización Mundial de la Salud incluyó por primera vez a la ludopatía dentro de su Clasificación Internacional de Enfermedades y advirtió del riesgo específico para un sector de la población: los adolescentes.

Diego Tzoymaher concuerda con esta advertencia y recuerda que los casos más impactantes que ha tratado han sido de menores de edad.

"La adicción los aísla de otras actividades y afecta su nivel académico. Además, dada su corta edad, donde no tienen ingresos propios, muchas veces se involucran en conductas de robo o estafas, y esto luego desencadena en las mentiras y el alejamiento de sus familias".

Es una problemática a nivel mundial. En España, uno de cada cuatro menores de edad reconoce haber apostado en línea, mientras que uno de cada 10 lo hace habitualmente, según un estudio de la Universidad de Santiago de Compostela.

En Argentina, la adicción a las apuestas en adolescentes se incrementó durante el Mundial de Qatar 2022. Desde entonces, los chicos de 13 a 17 años apuestan en el recreo con el dinero que les otorgan mensualmente sus padres, según un reportaje del Diario La Nación.

"A principio de mes, cuando nos dan la mensualidad, separamos 50.000 pesos (USD 56) para jugar. Hicimos un club, ahí estamos todos los que jugamos online y apostamos", dice uno de los chicos entrevistados en esa investigación.

Mientras que en Estados Unidos, donde la edad mínima para apostar es de 21 años, el 58% de chicos entre 18 y 22 años acepta haber apostado en línea. La mayoría de estos jugadores apuesta entre USD 1 y 50 y pierde de USD 10 a 300 diarios, según información de la Asociación Nacional Deportiva Universitaria.

¿Cómo puede haber tantos apostadores adolescentes si se supone que esta actividad es ilegal para menores de edad?

Esto se da a partir del poco o nulo control que exigen las aplicaciones y sitios web de apuestas deportivas. En estas páginas, la única barrera es un botón que dice '¿Eres mayor de 18 años?', y si la persona presiona que 'Sí' puede continuar sin problemas.

Mientras que, para pagar la apuesta o recibir las recompensas, los adolescentes solo necesitan de una tarjeta de crédito o una cuenta bancaria, que puede pertenecer a una persona adulta.

Y estos 'controles' solo se dan en las casas de apuestas legales, ya que en los sitios o casas ilegales se acepta efectivo o transferencias, sin importar de quién o de dónde provenga.

Los usuarios, al registrarse en una página de apuestas, deben marcar que son mayores de 18 años. Captura de página de Ecuabet

La ludopatía en Ecuador

La ludopatía comenzó a dispararse en Ecuador a partir de 2021. Ese año, el Ministerio de Salud Pública registró 182 personas diagnosticadas con este trastorno. Un número récord y que fue más del doble en comparación con 2020.

Desde entonces, los números se han reducido a 105 casos en 2022 y 82 casos en 2023. De enero a abril de 2024 se han atendido 20 pacientes diagnosticados con ludopatía.

¿Significa que se ha reducido la adicción en nuestro país? No necesariamente, ya que estos números solo indican las personas que fueron diagnosticadas en instituciones públicas y dejan fuera a aquellos tratados en centros privados o que no han buscado ayuda.

En 2023, Guayas fue la provincia con más casos, con 22 pacientes diagnosticados, seguido por Pichincha, con 13 y Azuay, con siete.

Durante los dos últimos años, la ludopatía ha estado presente a nivel nacional, en 22 de las 24 provincias del país, siendo Cañar y Los Ríos las únicas provincias en las que no se registraron casos diagnosticados dentro del sistema de salud pública.

Ludópatas famosos

Michael Jordan, el mejor basquetbolista de la historia, tuvo varios episodios de ludopatía en su vida. Él cuenta que perdió USD 200.000 apostando en un partido de béisbol, mientras que en otra ocasión llegó a apostar USD 1 millón en un juego de golf.

"No tengo un problema con las apuestas, tengo un problema de competitividad", se excusó el exjugador de los Chicago Bulls, quien apostaba junto al golfista Tiger Woods y al basquetbolista Charles Barkley.

Tiger Woods y Michael Jordan, durante un partido de golf. AFP

Otro caso fue el del actor Ben Affleck, quien durante años fue adicto a los juegos, perdió hasta USD 500.000 en partidas de póker y que incluso fue prohibido de entrar a ciertos casinos porque tenía fama de tramposo.

Mientras que el boxeador Floyd Mayweather ha presumido con orgullo las ganancias que ha obtenido a partir de apuestas deportivas. Ha ganado USD 75.000 en básquetbol colegial, USD 4,7 millones en fútbol americano y USD 800.000 en NBA. Sin embargo, también se calcula que ha perdido hasta USD 50 millones entre todas sus apuestas.

"Llegué a perder mi departamento"

En Argentina, uno de los casos más sonados es el del periodista Nicolás Cajg, más conocido como 'Cayetano', quien ahora da entrevistas sobre su oscuro pasado y, en su biografía 'No va más', detalla cómo salió de su adicción.

"No me divertía apostar, lo que me divertía era apostar la cifra de dinero que me complicaba la vida. Si había ganado 50 en el mes, lo que me divertía era apostar 60", mencionó en una entrevista en el programa Seres Libres.

El periodista explica que se inició en el mundo de las apuestas desde los 10 años y que el problema lo siguió durante toda su vida. "Lo hacía a escondidas, para que no le contaran a nadie de mi entorno. Me perjudicó saber que tenía un casino en el teléfono, en la computadora, en mi casa".

Su momento más bajo fue cuando perdió su hogar. "Mi abuela, sobreviviente de Auschwitz, me regaló un departamento y yo vivía ahí. Perdí mucha plata y al tipo que le debía le entregué las llaves del lugar. Hoy digo que no me voy a morir sin comprar de nuevo ese departamento".

'Cayetano' logró salir de su adicción al entrar a un grupo de 'jugadores anónimos', en una iglesia. "Fui todo un año, me hizo muy bien. Con mi familia, ese grupo y la psicóloga logré rescatarme".

¿Cómo se trata la ludopatía?

Para Diego Tzoymaher, el método para tratar la ludopatía, y las adicciones comportamentales en general, es la terapia cognitiva-conductual.

"Lo que se hace es tomar el problema actual. Establecer por qué se da en esa persona, cuáles son sus patrones de pensamiento, la forma de gestión emocional y las conductas asociadas".

La clave para tratar a un paciente ludópata es su entorno, es decir, sus familiares y amigos. "Son los que funcionarán como soporte y control, sobre todo al principio, donde se debe controlar la conducta y el dinero del apostador".

Y luego se debe guiar al paciente hacia una "dirección valiosa". "Que la persona pueda construir una vida que tenga sentido, que pueda apreciar más allá de esas cosas que dan recompensa inmediata y que designe una meta a mediano o largo plazo".

Un paciente 'curado' puede aspirar a dos objetivos finales: que aprenda a jugar con moderación (la solución más difícil) o la abstinencia (la solución más común), para que pueda llevar una vida plena sin la necesidad de apostar.

La ludopatía es un riesgo y una preocupación que crece cada vez más. Las apuestas deportivas suelen verse inicialmente como un juego, pero pueden convertirse en una adicción que arruine la vida, especialmente si este trastorno se presenta a una temprana edad, como actualmente está ocurriendo a nivel mundial.