Miércoles, 26 de junio de 2024

Coca Codo Sinclair ya suma 18 paralizaciones en lo que va de 2024, ¿cuál es la causa?

Autor:

Mónica Orozco

Actualizada:

18 Jun 2024 - 15:24

La gran cantidad de sedimentos provoca daños en las turbinas de Coca Codo Sinclair. Gobierno reconoce que aún no hay una solución definitiva a este problema.

Vista aérea de las obras de captación de Coca Codo Sinclair o bocatoma en el río Coca. Foto del 30 de mayo de 2024.

Autor: Mónica Orozco

Actualizada:

18 Jun 2024 - 15:24

Vista aérea de las obras de captación de Coca Codo Sinclair o bocatoma en el río Coca. Foto del 30 de mayo de 2024. - Foto: Vicente Costales para PRIMICIAS

La gran cantidad de sedimentos provoca daños en las turbinas de Coca Codo Sinclair. Gobierno reconoce que aún no hay una solución definitiva a este problema.

En invierno, el agua del río Coca se torna turbia, casi una suerte de lodo, lo que ha hecho cada vez más difícil la operación de Coca Codo Sinclair, la hidroeléctrica más grande de Ecuador.

El gran volumen de sedimentos (compuesto de limos - suelo más grueso que las arcillas-, arcillas y arenas) ha provocado la paralización de la hidroeléctrica 18 veces hasta el 18 de junio de 2024. Y, en algunas ocasiones, estas paralizaciones han sido por hasta ocho horas en un solo día.

"Son paralizaciones por fuera de lo normal", ha dicho el ministro de Energía, Roberto Luque.

De hecho, en el primer año de operación (en 2016), Coca Codo Sinclair se paralizó en 10 ocasiones, según el ministro Luque.

Pero en 2022, subieron a 19 paralizaciones por sedimentos y para 2023 ya sumaron 29. Y entre enero y el 18 de junio de 2024 ya se han dado 18 salidas de operación por sedimentos.

Esas salidas de operación han sido de "horas", ha dicho Luque, pero suponen un alto riesgo de cortes de luz si ocurren en los picos de mayor consumo de electricidad del país, pues Coca Codo Sinclair abaste hasta un 25% de la demanda del país.

Todo esto en momentos en que los embalses de las tres hidroeléctricas (Paute, Sopladora y Mazar) ubicadas en la cuenca oriental, en el Suroriente de Ecuador, todavía no han recuperado sus niveles de agua completamente.

Los sedimentos han formado verdaderas islas en medio del río Coca a la altura de las obras de captación de Coca Codo Sinclair, una especie de represa que desvía el agua hacia un túnel en el interior de la hidroeléctrica.

Las islas, que son visibles a simple vista desde cualquier orilla, han aumentado el nivel del agua de estos ríos en dos metros, dice Oswaldo Ortiz, morador del El Chaco, a un equipo de PRIMICIAS que visitó la zona el pasado 30 de mayo de 2024.

Él es guía turístico de rafting, una actividad que ya no se puede practicar como antes debido a la presencia de los sedimentos, que aumentaron desde que se construyó la hidroeléctrica, dice Ortiz.

¿De dónde provienen estos sedimentos y de qué están compuestos?

La bocatoma de Coca Codo Sinclair está ubicada justo en el nacimiento del río Coca, es decir, en la confluencia de los ríos Salado y Quijos.

Islas de sedimentos en el río Salado, afluente del río Coca, que abastece a Coca Codo Sinclair y que ha tenido que paralizar operaciones debido a la gran cantidad de estos materiales. Foto del 30 de mayo de 2024.

Islas de sedimentos en el río Salado, afluente del río Coca, que abastece a Coca Codo Sinclair y que ha tenido que paralizar operaciones debido a la gran cantidad de estos materiales. Foto del 30 de mayo de 2024. Vicente Costales para Primicias

El ingeniero en Geología y máster en Geotécnica de la ULB de Bruselas, Vladimir Játiva, explica que los ríos Quijos y Salado, a su vez, son el resultado de la confluencia de numerosos ríos.

Entre los principales ríos están: el Cosanga, de 50 kilómetros de longitud; el mismo río Quijos, de 30 kilómetros; el Papallacta, de 70 kilómetros; el Oyacachi, de 50 kilómetros; el mismo río Salado, de 80 kilómetros. En total, estamos hablando de una longitud aproximada que supera los 280 kilómetros de ríos.

El agua de esos ríos atraviesan por zonas de rocas metamórficas (cuarcitas), intrusivas ácidas y sedimentarias (calizas) y principalmente volcánicas, que tienden a fragmentarse por efectos de la erosión, lo que genera arenas, lodos y arcillas, materiales que son arrastrados por los ríos.

La hidroeléctrica produjo cambios

Pero, al construirse el dique en la bocatoma de Coca Codo Sinclair, todos esos sedimentos sufrieron un freno y fueron a dar al fondo del río donde se han ido acumulando, dice el geólogo Vladimir Játiva.

El problema se agravó por los caudales bajos que se registraron en estos ríos en 2023, lo que provocó que esos sedimentos no hayan podido ser evacuados con la fuerza del agua del río. Y más bien esos materiales se compactaron, lo que hace que sean más difíciles de remover.

Estos sedimentos contienen minerales, entre ellos el cuarzo, que al ingresar a gran velocidad a la hidroeléctrica se convierten en verdaderos "proyectiles" que pueden dañar el acero de los álabes y carcasas de las turbinas de generación de electricidad.

"Estos minerales son un alto riesgo para las turbinas, el efecto es como el de una amoladora, que es capaz de cortar acero en segundos", añade Játiva.

De ahí que Coca Codo Sinclair, construida por la empresa china Sinohydro, cuenta con un sistema de desarenadores, cuya principal función es retener partículas iguales o mayores a 0,25 milímetros antes de que el agua ingrese a la hidroeléctrica.

Luego, esos sedimentos son evacuados por un sistema que funciona como una especie de "sifón".

"Ese sistema de sifones ha sido implementado como medida adicional para evacuar los sedimentos de los desarenadores, pero aparentemente esta técnica adicional no ha funcionado, posiblemente por un proceso de agregación de los sedimentos", dice Játiva.

Vista aérea de las obras de captación de Coca Codo Sinclair o bocatoma en el río Coca. A la izquierda de la foto sobre la margen del río Coca se observa el sistema de desarenadores. Foto del 30 de mayo de 2024.

Vista aérea de las obras de captación de Coca Codo Sinclair o bocatoma en el río Coca. A la izquierda de la foto sobre la margen del río Coca se observa el sistema de desarenadores. Foto del 30 de mayo de 2024. Vicente Costales para PRIMICIAS

Y no están funcionando como debería, en especial, en escenarios de crecidas del río, cuando la cantidad de sedimentos aumenta en 10 o 20 veces.

En esas situaciones, hay que paralizar la hidroeléctrica para que técnicos de Celec retiren manualmente esos materiales.

Daños en turbinas

El holding estatal Celec contrató el 25 de enero de 2024 un estudio para evaluar el funcionamiento del desarenador. El estudio deberá ser entregado en nueve meses; es decir, en septiembre.

Según el informe técnico presentado para realizar esa contratación y disponible en Sercop, "se ha evidenciado un desgaste acelerado de los asientos de los inyectores, rodete y otros elementos mecánicos" de las turbinas de Coca Codo Sinclair.

Estas fallas, según Celec, se originan, entre otras posibles causas, por la gran cantidad de sedimentos que llegan a las turbinas.

El geólogo Vladimir Játiva cree que los estudios de los sedimentos que sirvieron para el diseño de los desarenadores "deben ser revisados" para encontrar una solución. Lo ideal sería lograr que el propio río remueva esos sedimentos mediante alguna solución técnica.

Si eso no se logra, dice Játiva, habrá que utilizar tractores de gran capacidad para removerlos de las obras de captación.

Por ahora no hay una solución definitiva al problema de los sedimentos, pero "todo está sobre la mesa", dijo el ministro de Energía, Roberto Luque.

Celec reclama a Sinohydro

Las fallas en los desarenadores y en los rodetes de las turbinas son parte de los reclamos incluidos en el arbitraje presentado por Celec a la constructora china Sinohydro.

La querella fue interpuesta en mayo de 2021 en una corte en Santiago de Chile y aún está en marcha.

El arbitraje también incluye un reclamo de Ecuador por fisuras en los distribuidores de agua de la hidroeléctrica, equipos que, si llegan a romperse completamente, podrían inundar toda la casa de máquinas de Coca Codo.

Estos distribuidores, una especie de caracoles de acero, tienen como función reducir la presión del agua, que cae de una altura de 600 metros, para que entre de manera controlada a las turbinas y se genere la electricidad.

Pero solo hasta abril de 2018, la Contraloría determinó que existían más de 7.600 fisuras en los distribuidores.